martes, 5 de mayo de 2009

Extra: Nuestro Sistema Inmune.

La Dra. Gloria Bertha Vega Robledo, especialista en el Sistema Inmune y miembro de la Facultad de Medicina de U. N. A. M., accedió a hablarnos sobre nuestro Sistema Inmune y los mecanísmos naturales que tenemos para protegernos de los virus como los de las influenzas.
Nuestras preguntas fueron las siguientes ¿qué mecanismos tiene el Cuerpo Humano para evitar la penetración de un virus y su expansión?, ¿qué tan importante es una buena alimentación para mantenerse sano?, ¿qué tan efectivo es el consumo de cítricos y de vitamina C para evitar una enfermedad como la gripe? y ¿qué tan útil puede ser evitar el frío o las corrientes de aire?
A continuación escribimos su informada y amplia respuesta:
El virus para instalarse en el organismo, tiene que sortear varias barreras como son las anatómicas en las que tendríamos, además de lo que señalaré para la mucosa del aparato respiratorio, acúmulos de tejido linfoide como las amígdalas, sitio en el que se encuentran las células fagocíticas y los linfocitos.
La mucosa respiratoria (tejido que recubre a todo el aparato respiratorio) cuenta con cilios (pequeñas vellosidades) que ejercen un barrido de gérmenes hacia el exterior; células secretoras de moco, substancia que posee además enzimas y que envuelve a los elementos nocivos para su eliminación. Los reflejos como la tos y el estornudo favorecen la eliminación de los gérmenes; por lo que, se hace tanto énfasis en que hay que cubrirse para no esparcirlos, ya que las gotitas de saliva alcanzan a diseminarse hasta dos metros. Si el individuo se tapa la boca con las manos, ésta será una fuente de transmisión muy importante.
Tenemos además anticuerpos o inmunoglobulinas (en las mucosas, principalmente la A), que en éste caso no serían específicos para éste virus de influenza porcina, ya que es diferente y el organismo no ha estado en contacto con él para producirlos.
Si el virus continúa su penetración al aparato respiratorio se encontrará finalmente en los alveolos pulmonares a los macrófagos, células que fagocitan o ingieren a los elementos extraños o nocivos al organismo. Al ingresar un virus a una de nuestras células, que es en donde van a
replicarse, suceden dos cosas que nos protegen:
I. La célula inmediatamente produce, como parte de la inmunidad natural, una substancia (citocina) llamada interferón, que es secretado y bloquea la replicación viral en otras células; el interferón liberado, puede bloquear también la proliferación celular y activar a los linfocitos NK (asesinos naturales) para que destruyan a las células infectadas (algunos estudios han señalado que el virus de la influenza tiene cierta resistencia al interferón) .
II. Todas las células nucleadas del organismo (excepto neuronas) expresan en su superficie una molécula llamada MHC (complejo principal de histocompatibilidad) I, que son capaces de unir moléculas intracelulares y llevarlas al exterior, de ésta manera, si están infectadas por virus, pueden externar péptidos virales que son reconocidos como extraños por los linfocitos T, en respuesta el linfocito seleccionado que es citotóxico, dispara enzimas e induce apoptosis, mecanismos a través de los cuales destruye a la célula infectada.
Los fagocitos son células que se encuentran en la sangre y los tejidos, ingieren elementos nocivos entre ellos virus, lo que ayuda a eliminarlos del organismo; una vez en su interior, el virus es procesado y convertido en pequeños péptidos, los que en forma similar a la descrita en el párrafo anterior son llevados a la superficie por la molécula MHC y presentados al linfocito T que destruye al fagocito portador del virus.
Estos mecanismos inmunológicos pueden alterarse por: desnutrición, tratamiento con medicamentos inmunosupresores como los corticoides, radiaciones, quimioterapia, antibióticos, cáncer, diabetes, infección con HIV, senectud, enfermedades crónicas (renales, hepáticas)
Sí puede ayudar la ingestión de cítricos por la cantidad de vitamina C que contienen, ya que algunos estudios han mostrado que favorece la fagocitosis. Y el evitar exposición al frío tiene su razón, ya que se ha visto que bajas temperaturas (al igual que el cigarro) disminuyen el movimiento de los cilios del aparato respiratorio.

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